lunes, 21 de mayo de 2012

La moral de la tropa

En la democracias donde se prima el "orden" y la "seguridad", lo que realmente se afirma es la hegemonía de algunos sectores que temen verse afectados en sus privilegios. Consideran que las políticas en contra de la pacificación del país, pueden volver a un caos anterior y causar más violencia. Por eso, acuden a todas las vías legales y en caso tal, a las ilegales (medios justifican el fin) para no permitir que se generen espacios vacíos o "limbos jurídicos" a la hora de determinar acciones contra los "terroristas". Esa es la justificación que han tenido las dictaduras militares del cono sur, por ejemplo, en su afirmaciòn eufemística "régimen militar".  Al pasar el "cepillo contrapelo" en esos espacios oscuros de la historia, no solo los movimientos guerrilleros causaron dolor en la sociedad, también lo hicieron los grupos de poder que ordenaron paralizar industrias, comercio, a no repartir la leche en un día cualquiera, para lograr la insurrección popular y justificar un golpe de Estado.


Bajo el nuevo orden y pacificación del país, se inmolan víctimas, de desplazan y se despedazan a muchos seres humanos. Sobre esos escombros se fundamentan modelos económicos y sociales que, si bien, aparentan un nuevo modelo social de progreso e igualdad, lo que hacen es, en definitiva, proyectar y generar nuevas víctimas, excluidas, invisibilizadas de la observación pública. Colombia, nuestro país, vive ahora, bajo el gobierno del presidente Santos, nuevas agitaciones. Y no tanto de ese mandato. Es loable la iniciativa de reparar y potenciar la devolución de miles de hectáreas usurpadas a las víctimas, durante años de conflicto, por parte de todos los grupos ilegales. Sin embargo, se ha encontrado con "la mano negra", que a decir del mandatario, vienen de dos lados, de la "extrema izquierda" y la "extrema derecha". Todos sabemos el rincón intransigente de la izquierda. Mucho dolor nos ha causado. Pero, la del otro extremo, muchas veces se esconde y permanece intacta, sin que los mismos organismos de control sean efectivos en su develamiento. Así han quedado en la impunidad inmumerables magnicidios, actos de corrupción y prácticas clientelistas. Hace unos días le hicieron un atentado terrorista a un ex-ministro de Uribe; pero ¿quién se beneficia realmente con la desestabilización del país? Los partidarios de los partidos de la (U) (dícese "rebaño uribista") han atacado las iniciativas gubernamentales que benefician a las víctimas. Justifican su proceder, como arriba se señalaba, en que el país empieza a retroceder. Ni siquiera la firma y ejecución del TLC con EEUU, les pueden calmar las tensiones, que a propósito es justificado filosóficamente en el modelo de mercado de iniciativa privada bajo el slogan del intercambio.


Ahora, para aumentar la zozobra, se escuchan voces de militares retirados que llaman a la insurrección o, como dijeron, al ·derrocamiento del presidente" y convocar nuevas elecciones. ¿Quién se beneficia de esto?. Ya desde hace cincuenta años, los historiadores, los cientistas polìticos con tratamiento objetivo, se ha dado cuenta que frente a lo que pasa en Colombia con el ruido de sables, la "moral de la tropa" es la voz de los poderes fácticos". La historia se repite por desconocimiento y ni siquiera la derecha intransigente del siglo XX, se dio cuenta del monstruo que inventaron.. Ay, país, país, país.....

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