domingo, 15 de marzo de 2015

¿Construir o edificar la paz?

¿Construir o edificar paz?

Por: Andrés Inampués Borda.
Teólogo



Hoy en día, ante el ambiente de optimismo y debate nacional que han generado los diálogos de La Habana, Cuba, entre el gobierno colombiano y las Farc-EP,  es común hablar, -y pasa a veces como un cliché- de “construcción de paz”, pero, realmente, a qué se refieren cuando se habla de buscar las condiciones para construir paz.
Aunque se use indistintamente “construir y edificar” como sinónimos, no son exactamente lo mismo; por eso, es importante indagar el significado de estas palabras derivadas, desde un ejercicio más allá de lo etimológico, más aún cuando se indica que el lenguaje construye realidad y es  válido, también, preguntarnos por el sentido y contexto para interpretar.

Construcción: Al referirse como verbo construir, viene del latín construere,  que significa acción de fabricar; Pero es más interesante si nos vamos al sufijo struere, que traduce “amontonar”; Este sufijo compone otras palabras del español como destruir, instruir (que significa construir interiormente), obstruir que nos lleva a la idea de obstáculo o amontonar para impedir el paso.  

Aunque, no obstante, la terminología que se utiliza en el idioma castellano viene del significado de peacebuilding, del idioma inglés, que se traduce como “construcción de paz”, pero se describe en tres momentos importantes, que más adelante abordaremos.  Al remitirnos al espacio etimológico, peace, proviene del latín pax  o Irene del griego; así mismo,  se evidencia que la palabra building viene del protogermánico buldijana que se traduce como edificio. Básicamente, entonces, la interpretación que se da por peacebuilding, apunta a un diseño o planeación que permita reducir la violencia estructural o violencia directa.
Los teóricos de este esquema como los sociólogos Johan Galtung y John Paul Lederach, estructuran la paz en tres esferas interrelacionadas entre sí, para abarcar de manera más global y ampliada el concepto:

·         Peacemaking: Se podría decir que es la negociación centrada en el establecimiento de relaciones de poder equitativas para prevenir futuros conflictos. Se traduce, además, en los acuerdos que permiten acciones para la reconciliación de dos o más partes que han estado en un conflicto armado. El proceso de paz que se está llevando a cabo en La Habana, Cuba, puede ser un ejemplo de este esquema de paz.
·         Peacekeeping: O del mantenimiento de la paz. Implican diferentes estrategias que permiten mantener una paz duradera desde movimientos endógenos y exógenos. En cuanto al primero, es la oportunidad que se da a los excombatientes para que participen en los procesos de reconciliación y participación de la vida política; el fortalecimiento del Estado Social de derecho y diferentes medidas que propendan a un desarrollo económico y social en clave de justicia y equidad. En un segundo movimiento, sería el acompañamiento de la comunidad internacional, y si es el caso, de participación de fuerzas militares de la ONU para la seguridad nacional, en caso que el Estado no tenga la fuerza necesaria para implementar los acuerdos políticos; pero esto último no aplicaría el caso para Colombia.
·         Peacebuilding: De acuerdo a la terminología de la ONU, son las acciones que se realizan después de los acuerdos de paz o el cese del conflicto armado (posconflicto). Es un proceso a largo plazo donde la sociedad civil, el Estado, el gobierno y diferentes organizaciones sociales promueven la reconciliación nacional, cambiando la actitud para resolver los conflictos. No es un espacio de “unidad” o uniformidad, sino más bien, un tiempo donde se genera una o cultura(s) de paz. En este ejercicio se aprende a reconocer los argumentos del otro y a disentir de manera democrática y en elc ampo educativo se promueve la formación ciudadana y solidaria, es decir, a saber vivir en la diversidad y pluralidad de opiniones, en el marco del respeto por la dignidad de los seres humanos.
El anterior ejercicio, nos ha llevado a explicar brevemente los componentes del significado de construcción referido a la paz. Vamos ahora a explicar el concepto de edificar.


Edificar: Del latín Aedificare, se traduce como construir, erigir; derivado de la palabra griega Aedes que traduce: casa, templo, santuario, tumba. En la religión griega antigua los aedes era la morada de un dios, como estructura que albergaba la imagen de una deidad.
También se relaciona con la palabra οἰκοδέμω, oikodumeo (οἶκος casa y δέμω construir) que fue utilizada por Aristóteles y otros escritores griegos en el mundo antiguo. Pablo de Tarso, la incluye en su redacción de diferentes cartas, donde significa metafóricamente el acto de alguien que “promueve el crecimiento de la sabiduría cristiana, la piedad, la santidad y la felicidad de los otros”; quizá es por esta razón que sea utilizada en sentido figurado para hablar de “construir la moral o la fe (Instruir moralmente) o “mejorar espiritualmente”, elevar, iluminar y establecer y haya pasado a significar la “instrucción para mejorar en cuestiones morales y religiosas”.
Revisando los estudios exegéticos, esta palabra se relaciona en la teología paulina con ekklēsia, donde amplia el significado de pueblo o comunidad para referirse a la “construcción de una nación”
Por otra parte el sufijo edificare significa hacer, actuar, ser activo, componer, escribir, clasificar, hacer, crear, construir, producir.  Un estadio más antiguo de esta palabra se encuentra en la raíz dhès, del proto-Indo europeo, que de cierta manera extiende su significado como festivo o día santo. Es interesante que la palabra sacrificare (sacrificio) también venga de esta misma raíz indoeuropea y que se traduce como hacer sagrado.
Llama mucho la atención que el concepto edificar, en los escenarios culturales de la tradición griega y judeocristiana, se relacione con los espacios de lo religioso, por lo cual, nos lleva a indagar, más aún con el posible sentido que se establece cuando lo relacionamos con la paz o la esfera de la reconciliación.


Y, ¿Entonces?

 Por el breve ejercicio etimológico, se considera mucho más exacta la traducción al castellano peacebuilding como edificar. Si bien construcción apunta a un diseño o planeación y como acción de fabricar, el significado que se inscribe en las tres esferas señaladas (peacemaking, peacekeeping y peacebuilding), nos llevan a un escenario más propicio para definirla como edificar, pues es un término más dinámico desde los sentidos de la tradición griega y juedeocristiana, donde no solamente se traduce como erigir o construir espacios físicos, sino que repercute en una antropología que demanda un ejercicio existencial y diversas estrategias sociopolíticas; es decir, el compromiso del ser humano para sentar las bases que permiten la vida en comunidad y el reconocimiento del otro como parte de mi propia humanidad. Esto se indica porque las mismas palabras como solidaridad, alteridad, comportan un origen etimológico parecido, lo que lleva a concatenar diversos sentidos que integran el fundamento político y religioso de la paz y la reconciliación.



Y es precisamente, en este último aspecto, donde se abren los caminos propicios para preguntarnos nuevamente las relaciones de lo religioso que hacen parte del origen del término edificar. Es posible que las doctrinas que buscaban la superación de la metafísica y la sospecha contra lo religioso desde la modernidad, hayan influenciado en el ocultamiento de este significado en la misma cultura; pero, como lo indica René Girard (2005), en lugar de negar la teología en bloque y de manera abstracta, hay que criticarla, lo que implica recuperar las relaciones conflictivas que el sacrificio y su teología disimulan y satisfacen a tiempo, lo cual, se asalta a otros sistemas culturales construidos desde el sacrificio y la exclusión (algunos modelos económicos, políticos y científicos, por ejemplo). Pensar la edificación de la paz desde este horizonte, puede permitirnos una comprensión más profunda de todos los fenómenos que implican los procesos de paz y el reto para edificar oasis de reconciliación. Develar y mostrar los sistemas que generan e invisibilizan  nuevas víctimas, así como preguntarnos por los bienes de los sujetos y las dinámicas de lo político, pueden estabelecer modelos no violentos que llevarían a detener el ciclo de la violencia. Así pues, pensar lo religioso de la cultura y en las instituciones es un vector epistemológico que nos ayuda a comprender la verdad más elemental de la violencia y la verdad desde las víctimas y los sobrevivientes.

REFERENCIAS

Girard René  (2005) La violencia y lo sagrado. Anagrama, Barcelona.
                     (2011) Clausewitz en los extremos. Katz, Buenos Aires.


jueves, 17 de julio de 2014

La participación de las víctimas en el proceso de paz en La Habana Cuba

Ante los diálogos históricos en la mesa de negociaciones entre el Gobierno Colombiano y las FARC-EP, avanzan un paso gigante al convocar  representantes de las víctimas del conflicto armado. Según la unidad nacional de víctimas, existen más de seis millones de personas registradas y los datos de desaparecidos en cientos de miles, superan todos juntos los casos de las dictaduras militares del cono sur. Es por tanto, un imperativo, el cese del conflicto armado y visibilizar la voz de las víctimas, para que surja lo más importante, la no repetición, la verdad y la justicia para ellas, es decir las condiciones para el posconflicto, labor mucho más importante  y compleja, según los expertos, que la misma firma en la mesa de diálogos.


Sin embargo, según diferentes medios nacionales y algunas víctimas de las FARC-EP,  han mostrado la inconformidad o los sesgos entre los colectivos  que representan a las víctimas. Para las que han sido afectadas por parte de los grupos subversivos guerrilleros, indican que no existe un porcentaje importante de representación en la mesa de conversaciones y que solo predominan aquellas que se declaran "víctimas del terrorismo de Estado". En el fondo es la tensión y conceptualización que surge entre los llamados de derecha e izquierda, los que fueron afectados por las guerrillas y los que las autodefensas declararon "objetivo militar", o sencillamente, los que fueron "lamentablemente", muertos por las circunstancias de la confrontación, es decir, el 98% de las víctimas. Es decir, la problemática surge, en parte porque  aún cala el mito que fue expuesto en la agenda pública donde se indica que en Colombia "no existe un conflicto armado", sino un grupo terrorista contra más de 40 millones de Colombianos.  Para otros, realmente existe un conflicto armado, donde el Estado y los grupos al margen de la ley, han cometido crímenes de lesa humanidad.  Este escenario, evidencia una polarización que existe en el país, la eterna sindicación entre los que generan la violencia; los terroristas, según algunos, son los "paracos", que aun existen,  para otros los "farianos" o "terroristas".


Ante este panorama, sugerimos, dos modos de análisis para elegir a las víctimas que van a participar en el ciclo de diálogos en La Habana. Primero, es importante que la academia, los investigadores sociales, ayuden a definir lo que se entiende por víctima, conflicto armado, violencia, justicia, reconciliación, y otros factores que son importantes tener en cuenta y sobre todo la claridad conceptual, para que todos comprendamos el mismo discurso; Y, dos,  que las víctimas que sean elegidas, deben ir sin odio  y sin resentimiento, y lo más importante, sin el factor político, que lleva a tomar partido desde espacios extremos. Implica por tanto, víctimas o sobrevivientes sanos emocionalmente, con el ejercicio suficiente de discernimiento moral, y sin el efecto producido durante los últimos años del enemigo común, que generó nuevos chivos expiatorios, como los llamados falsos positivos, o jóvenes que terminaron asesinados por un grupo de militares colombianos, quienes los vistieron de guerrilleros, en una zona a más de 400 kilómetros de sus casas.




Lo decimos, porque históricamente, algunos que han sido víctimas, al ver la inoperancia del Estado, o por conveniencia política y económica, han buscado la justicia por sus manos, llevando a la escalada de violencia, que ha transformado a esa víctima en un victimario, a veces, más sanguinario contra sus semejantes.


Un punto de equilibrio es que las víctimas deben reconocer que la violencia, no es el fruto de un sector, sino que, en cierta medida, al exigir los derechos por vía armada, o fundamentar el statuo quo, contribuyen a alimentar las causas de los conflictos que llevan a la destrucción física y simbólica del otro o semejante. Hoy en día es evidente que la violencia no es sencillamente la lucha entre los grupos armados ilegales contra un Estado legítimo, sino que es alimentada por los modelos económicos que generan desigualdad social e inequidad, y a su vez, sostenida por un modelo de tierras donde predomina el estilo latifundista para megaproyectos industriales; también alimentan la violencia, la corrupción, los vínculos económicos con la industria del narcotráfico, pero especialmente, por aquella cultura donde se generan más víctimas en Colombia y son las victimizaciones horizontales, eso es, según medicina legal, en Colombia, la causa de muerte violenta no se produce por el conflicto armado, sino por riñas, atracos a mano armada, intolerancia o falta de cuidado por el otro, esto último, como ejemplo, el caso donde más de 20 niños murieron calcinados por la negligencia de un mecánico que en oficio de conductor, sufrió el incendio del bus donde transportaba a estos niños inocentes. Muchos ejemplos, pueden sostener estas estadísticas.


De allí que, hoy más que nunca, es importante el acompañamiento de la sociedad civil. Esto significa que debemos comprometernos en el proceso. Unas ideas sencillas pero poderosas pueden ser las lecturas, diálogos, informaciones oportunas y objetivas, contraste de información, participación en foros, debates, congresos, es decir, la participación activa como actores políticos. Esperemos que no continuemos como hasta ahora se percibe, donde el país de las víctimas, las injusticias y la realidad del desplazamiento forzado, no es Colombia, sino de otro mundo, ya que muchos ciudadanos (de ciudades) no conocen las realidades de la guerra, ni los costos sociales, emocionales y políticos de las víctimas. ¿Qué factores pueden incidir para darle la cara al otro que sufre y muere lentamente en el país del Sagrado Corazón y la democracia más antigua de América? Hoy hay esperanzas, existe realmente una posibilidad en que  construyamos un país donde nuestros hijos puedan vivir en paz, reconciliados y con justicia social.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Teología para no teólogos "Teología para principiantes"


¿Qué es la teología? ¿ Para qué sirve? ¿Aporta al campo científico y social? ¿Tiene que ver  la política con la religión? ¿Puede transformar la vida de los seres humanos? ¿Por qué creer? ¿Qué viene después? ¿Qué áreas trabaja esta ciencia, si es que es ciencia? ¿Quién tiene las respuestas?

TEOLOGÍA PARA PRINCIPIANTES

Vamos a esbozar, a partir de dos frases,  el papel de la teología en el mundo y su aporte social y práctico a la humanidad.
“ Los Evangelios antes de ser una teoría sobre Dios, son una antropología, una teoría sobre el hombre” Simon Weil.
“La gloria de Dios es que el hombre viva y tenga vida en abundancia; la gloria del hombre es la visión de Dios”. San Ireneo.

Con las dos frases, podemos indicar que, la teología, es la reflexión entre la experiencia de fe y la revelación o acontecer de Dios en la criatura humana, en la historia, el magisterio y las Sagradas Escrituras. Experiencia que analiza y discierne todas las luces y sombras de la condición humana, así como los efectos culturales que ha creado.


En este análisis toma algunos elementos de otras ciencias humanas, como la antropología, la sociología, la historia, la psicología, arqueología, lingüística, literatura, y otras ciencias sociales, para configurar un estatuto sólido que permita un diálogo con el mundo y con las ciencias. Es decir, como parte de su validez científica, participa dentro de los principios epistemológicos de las ciencias sociales.

¿Qué áreas se estudian en la teología?

Hoy en día, y fiel a la tradición desde los primeros años del cristianismo y su adaptación a los tiempos modernos, los estudios teológicos tienen diferentes líneas, partiendo del estudio sólido de la filosofía y las humanidades, así  como las ciencias bíblicas, lenguas clásicas, pedagogía, psicología, antropología, la doctrina social de la Iglesia, moral,  y algunas asignaturas a libre elección del estudiante, que se relacionen con su trabajo futuro, que bien pueden ser estudios políticos, docencia, psicología, trabajo social o en el área de la ética.
Tomando como ejemplo el área de las Ciencias Bíblicas, estas se estudian teniendo en cuenta los últimos avances de la lingüística, los métodos literarios,  los modos de investigar la historia, los movimientos sociológicos de las grandes culturas de la humanidad; junto con esos elementos, podemos reflexionar a la luz de la fe e interpretar los acontecimientos y hechos que narra la Biblia, junto con la tradición del magisterio.

 De esta manera, podemos dar luces y pistas de orientación ante los desafíos contemporáneos del hombre y la sociedad y evitamos una subjetivación de lo que dicen los textos bíblicos; por ejemplo, ante la realidad colombiana, es muy interesante lo que dicen los textos bíblicos sobre el tema del perdón: No es sencillamente aceptar la disculpa del otro que me ha causado daño, sino que con mi testimonio, me comprometo a transformar al “victimario”. Así como la promoción de los derechos humanos y la participación activa como ciudadano en la búsqueda de la paz.

Otro ejemplo que nos puede ayudar a comprender el modo de estudio y aproximación a lo que es la teología, es la Cristología, que permite a partir de los textos evangélicos una aproximación al Jesús histórico y al Cristo de la fe. Se logra teniendo en cuenta varios elementos a saber:
- La historia cultural de Israel: Buscando otras referencias históricas a los hechos que se narran en la Biblia. Así como estudios de Arqueología, donde se permite identificar a partir de la cerámica el modo de vivir de aquellos habitantes; La sociología, analizando el pensamiento del hombre, los modos de comportamiento de las sociedades del siglo I; la antropología cultural, describe el modo de organización, modo de vivienda, economía, estructura política; estos elementos se conjugan con el análisis exegético de los textos antiguos, es decir, se van a los manuscritos de los primeros siglos, analizando su estructura lingüística, estudiando sus idiomas en que fue escrita (hebreo griego y arameo), sus verbos, toda la sintaxis, morfología y análisis de los relatos. 

También se hace análisis del relato en el conjunto del Evangelio. Cada Evangelio fue escrito en una ciudad diferente y dirigida a una comunidad diferente. Así por ejemplo, el Evangelio de Marcos fue escrito en Roma para la comunidad de creyentes que no conocían Judea, por eso, sus constantes referencias a narrar las costumbres judías. El análisis de estilo de escribir del Biblista y de las intenciones teológicas, nos llevan a encontrar además, cuales textos fueron escritos primero que otros.
Con estos análisis, se analiza la dimensión humana,  es decir, la condición que permite recrear y comprender los hechos, actitudes de Jesús en su vida terrena, sus limitaciones humanas, y los modos de comprender a Dios; esto es la condición límite del sufrimiento, la soledad, la angustia, el amor a los seres humanos, sin distinciones, y la búsqueda incesante de Dios. Particularmente, se ha establecido que las parábolas del Evangelio son narraciones que describen la manera en que Jesús experimentaba a Dios en su vida.


Diectrich Bonhoeffer, un pastor de la Iglesia Luterana, asesinado por los nazis en 1944, teólogo que dejó abundantes textos de teología y que se estudia en varias facultades de teología católicas y protestantes, indicaba que para ser teólogo, lo más importante era el testimonio de una vida en comunión con Dios.
“Puede integrar en su estudio teológico todos sus desvelos humanos: filosóficos, éticos,
pedagógicos, sociales, todo lo que le pertenece como hombre. Pues es siendo teólogo
como ha de hacerse un hombre pleno. Pero debe saber que el motor de su vida y su
pensamiento como teólogo no puede ser otro más que la pasión de Jesucristo, el Señor
crucificado. La vitalidad de las mil aficiones no puede conquistar a la Teología, sino que
el teólogo nace cuando el hombre, con todas sus preguntas y su búsqueda, se tropieza
con la cruz de Cristo; y cuando en el dolor de Dios bajo el odio del hombre, descubre la
condena de sus aficiones y de su vitalidad. Aquí se da una transformación que supone el
comienzo de la objetividad teológica y que convierte el estudio teológico en una
audición responsable de la palabra de Dios, en vez de ser un monólogo afirmador de
uno mismo o una especie de autoerotismo religioso. Olvido de uno ante aquello que
importa por encima de todo”. D. Bonhoeffer “ El estudiante de teología”.

De esto se afirma que la teología, y particularmente el encuentro con Jesús resucitado y vivo en la historia del creyente, permite un encuentro y una credibilidad de la ciencia teológica y del papel de la teología en el mundo. 


A partir de este principio fundamental es que la teología aporta a los debates éticos, ante la instrumentalización humana, permite avanzar hacia nuevas propuestas para promover una sociedad más justa, como la apuesta de la Iglesia de proponer ante la esfera pública la categoría “equidad”, ante la desigualdad que oprime a América latina.
El papel de la teología, por tanto, no reviste en un discurso autoreferencial que solo se queda en las salas de clase, o facultades de teología, sino que permite aportar  y resolver los problemas que aquejan a las personas, bien sean de orden ético, moral o político. Esta última categoría debe ser bien entendida, pues, hoy en día existe un debate entre el papel de las religiones en la política.

Lo cierto es que la teología, busca a la luz de la fe, la construcción de un mundo más fraterno y a apertura del hombre para que se reconozca en el otro como ser humano capaz de dar la vida  y transformar las realidades que intentan eliminar a las criaturas de Dios.
De allí que encontremos teólogos, trabajando como asesores en procesos de paz, en movimientos de no violencia, promoviendo proyectos de desarrollo social con comunidades rurales, trabajando en la academia, como investigadores sociales y en diálogo interdisciplinar, dinamizando propuestas de diálogo con diversos estamentos de la sociedad en el marco del respeto, como promotor de procesos de desarrollo local, como docentes en las áreas de educación, filosofía, religión y teología, así como también asesor en el área de ética en todos los ámbitos empresariales.




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lunes, 21 de mayo de 2012

La moral de la tropa

En la democracias donde se prima el "orden" y la "seguridad", lo que realmente se afirma es la hegemonía de algunos sectores que temen verse afectados en sus privilegios. Consideran que las políticas en contra de la pacificación del país, pueden volver a un caos anterior y causar más violencia. Por eso, acuden a todas las vías legales y en caso tal, a las ilegales (medios justifican el fin) para no permitir que se generen espacios vacíos o "limbos jurídicos" a la hora de determinar acciones contra los "terroristas". Esa es la justificación que han tenido las dictaduras militares del cono sur, por ejemplo, en su afirmaciòn eufemística "régimen militar".  Al pasar el "cepillo contrapelo" en esos espacios oscuros de la historia, no solo los movimientos guerrilleros causaron dolor en la sociedad, también lo hicieron los grupos de poder que ordenaron paralizar industrias, comercio, a no repartir la leche en un día cualquiera, para lograr la insurrección popular y justificar un golpe de Estado.


Bajo el nuevo orden y pacificación del país, se inmolan víctimas, de desplazan y se despedazan a muchos seres humanos. Sobre esos escombros se fundamentan modelos económicos y sociales que, si bien, aparentan un nuevo modelo social de progreso e igualdad, lo que hacen es, en definitiva, proyectar y generar nuevas víctimas, excluidas, invisibilizadas de la observación pública. Colombia, nuestro país, vive ahora, bajo el gobierno del presidente Santos, nuevas agitaciones. Y no tanto de ese mandato. Es loable la iniciativa de reparar y potenciar la devolución de miles de hectáreas usurpadas a las víctimas, durante años de conflicto, por parte de todos los grupos ilegales. Sin embargo, se ha encontrado con "la mano negra", que a decir del mandatario, vienen de dos lados, de la "extrema izquierda" y la "extrema derecha". Todos sabemos el rincón intransigente de la izquierda. Mucho dolor nos ha causado. Pero, la del otro extremo, muchas veces se esconde y permanece intacta, sin que los mismos organismos de control sean efectivos en su develamiento. Así han quedado en la impunidad inmumerables magnicidios, actos de corrupción y prácticas clientelistas. Hace unos días le hicieron un atentado terrorista a un ex-ministro de Uribe; pero ¿quién se beneficia realmente con la desestabilización del país? Los partidarios de los partidos de la (U) (dícese "rebaño uribista") han atacado las iniciativas gubernamentales que benefician a las víctimas. Justifican su proceder, como arriba se señalaba, en que el país empieza a retroceder. Ni siquiera la firma y ejecución del TLC con EEUU, les pueden calmar las tensiones, que a propósito es justificado filosóficamente en el modelo de mercado de iniciativa privada bajo el slogan del intercambio.


Ahora, para aumentar la zozobra, se escuchan voces de militares retirados que llaman a la insurrección o, como dijeron, al ·derrocamiento del presidente" y convocar nuevas elecciones. ¿Quién se beneficia de esto?. Ya desde hace cincuenta años, los historiadores, los cientistas polìticos con tratamiento objetivo, se ha dado cuenta que frente a lo que pasa en Colombia con el ruido de sables, la "moral de la tropa" es la voz de los poderes fácticos". La historia se repite por desconocimiento y ni siquiera la derecha intransigente del siglo XX, se dio cuenta del monstruo que inventaron.. Ay, país, país, país.....

martes, 13 de marzo de 2012

Lo católico, ¿estado permanente de violencia?

El problema

En el imaginario social como "opinión pública", es común percibir que todo lo que hable de "católico" "católica" "Iglesia católica" "religión católica", es signo de alianzas con los poderes fácticos, o parte de las superestructuras alientantes de conciencia, como indicaba Gramsci; o bien, que favorece el statuo quo , como orden social y conservadora de los "auténticos principios valóricos y morales". También encontramos imaginarios relacionados con la incompatibilidad de la religión católica con las ciencias, haciendo que estas, hayan quedado relegadas por varios siglos por influencias de la institucionalidad religiosa; a su vez, y lo más grave, la justificación del uso de la violencia como espacio legítimo para defender la sociedad de los poderes que intentan desestabilizar el orden constitucional o la tradición. En fin, podemos encontrar un sinnúmero más de opiniones que, en definitiva, llevan a sospechar tajantemente de todo lo que hable o esté dirigido por "lo católico", bien sea instituciones, modelos educativos, partidos políticos, modelos económicos o modelos sociales. Pero, como veremos más adelante, las prácticas que generan estos hechos no son más que fruto de una visión religiosa tergiversada, contraposiciones artificiosas o que hemos hecho a Dios a nuestra imagen y semejanza. de allí un análisis que revitalice el sentido y genuinidad del aporte cristiano a la visión de mundo.

Las causas


Considero algunas causas que han generado este estado de opinión o malestar de lo religioso en nuestra sociedad:
  • La noción de Dios. Contrariamente a la experiencia que plasmaron las primeras comunidades cristianas y los redactores de los Evangelios ( comprender la misericordia, el modo de obrar de Dios y el modo de revelarse (mostrarse) al ser humano) muchos creyentes han manipulado esta visión, generando más bien una imagen del Padre, como castigador, vengativo, justiciero, colérico y lejos de las realidades humanas. Este tipo de doctrina, lamentablemente, no es más que la proyección de los egoísmos humanos y de la imitación del otro para adquirir algún poder que le permita expandir sus deseos de posesión. Así se ha llegado a una teología de brazos cruzados, a una catequesis meramente de memorización, casuistica o sencillamente, una manera de justificar todas sus decisiones porque es "voluntad de Dios".
  • La manipulación entre la fe vivida y la práctica social. Es decir, y concatenado con la primera causa, los hombres de fe, bajo esas nociones de Dios, observan el mundo de esa manera; si se concibe a un Dios castigador, pues, verá en este mundo solo una visión maniquea de "buenos y malos", donde ellos son los buenos y se debe exterminar a los "malos", o en el sentido moderno a los "terroristas" que pretenden desestabilizar el orden. Los creyentes en el plano del ejercicio político institucional veran cualquier alteración del orden, como simple ataques terroristas y justificaciòn de la represión. Si están en otro espacio sociales, por ejemplo como ciudadanos,sencillamente, pueden pavonearse como miembros "católicos" y justificar plenamente visiones de extrema derecha o de extrema izquierda. Sobran ejemplos en la historia reciente de nuestros países. Estos casos como la dictadura de Franco, Pinochet o los escuadrones de la muerte en el Salvador y algunos obispos en el siglo XIX en la guerra civil en Colombia, justificaron su violencia como "necesaria" y como "voluntad de Dios"; ante estos, hubo cierto sector civil apoyando la labor de sus gobernantes, pues, estaban convencidos del mito del "comunismo", sin saber que el otro mito "capitalismo", es más de lo mismo. La derecha intransigente del siglo XX, como Hayek, Carl Schmitt, -este ùltimo, famoso pensador alemán, que sentó las bases para el derecho público moderno- justificó bajo su tesis del "decisionismo", la dictadura o la posibilidad de un representante político que mantenga el orden y la solución de los conflictos violentos que se concreta en un imaginario social como "mundo violento dividido entre amigos existenciales y enemigos mortales". Sobra decir, que después de caminar entre los escombros de la historia, fruto de estas posiciones intransigentes,  las consecuencias de estas ideas que han permeado, bajo ideas aparentemente religiosas, todas las tesis del derecho y la política. Pero, no son más que, la reproducción de esquemas políticos, militares y tendenciosos de una lectura religiosa y sacrificial del Evangelio, si es que se apoyan desde este. Obviamente, la tradición judeo-cristiana es totalmente lo contrario a estas lecturas.
  • Otra causa es la misma fundamentación de los principios de la Ilustración, que como es sabido, han inaugurado una ruptura entre fe y razón, o la incompatibilidad de todo lo religioso para comprender el mundo y mucho más para la autonomía y felicidad del hombre. Así es que, desde hace 3 siglos, la humanidad ha celebrado la aparente "fraternidad, igualdad e igualdad", que significa el triunfo de la razón y el atreverse a pensar por si mismo y no bajo los esquemas de una voz superior. Ello ha derivado diferentes corrientes seculares y laicas que han calado en los imaginarios sociales, generando una aversión a todo lo que permee algo de religioso, o peor a "lo católico". Pero esta es una contraposición artificiosa. La razón y sus instituciones (capitalismo, fragmentación social, orden institucional) no son más que sistemas religiosos que generan víctimas. Un ejemplo de ellos es que el libre mercado se declara como única vía para el progreso y desarrollo, y así mismo, el orden institucional como lucha contra el terrorismo, no ha hecho más que generar exclusiones e invisibilizaciones sociales.
  • Considero, finalmente, que la misma incoherencia de vida de los que se dicen ser "profundamente religiosos" y líderes espirituales, desaniman a los creyentes fieles o justifican a los hombres no creyentes para justificar las mentiras de la religión y las falacias de sus miembros.
Las consecuencias
Podemos responder también bajo los argumentos de las causas:
  • Una marcada visión de Dios como lejos de las realidades humanas, que guarda silencio ante la injusticia y dolor humano; un Dios que deja pasar solamente la justicia de los hombres y se convierte en un ser trascendente como un demiurgo aristotélico o motor inmóvil. La noción de un Dios impregnado de santidad, pero como jerarquía.
  • Ese orgullo de los católicos(o mejor, creyentes confesionales) en sus diferentes puestos de trabajo, han generado divisiones, esquemas de poder e intransigencia para resolver o comprender las mismas dinámicas de los diferentes movimientos sociales o las consecuencias de una economía de mercado. Pensamos por ejemplo en el impacto mediático de diferentes políticos que, bajo sus creencias religiosas, han justificado diferentes modelos que terminan excluyendo e invisibilizando sistemas que generan diariamente víctimas. Sobran los ejemplos, el modelo educativo bajo el sistema capitalista, el desarrollo social bajo la "iniciativa privada", una práctica política de clientelismo y que favorece solo a pocos grupos de poder. En definitiva, se muestra lo que indicabamos arriba en los apuntes de Gramsci, la religión o la Iglesia católica como superestructura.
  • Otra consecuencia es que fruto del siglo de las luces, hemos llegado a una polarización y antagonismo entre fe y razón, la incompatiblidad de la religión con las ciencias sociales y exactas, haciendo que se busque una manera de desligar la confesionalidad de las ciencias para su progreso y relegando a la religión como pensamiento "mítico" o "precientífico"; y buscando de mil maneras teorías, sistemas que sustenten sus principios sin las bases metafísicas o teleológicas.
  • La disociación de fe y vida entre los creyentes, ha hecho que muchos busquen otras experiencias religiosas, porque si bien, y aunque una noción del secularismo haya ido lance en ristre con lo religioso, no por eso, ha bajado la necesidad de buscar y dar sentido a la existencia. Se dice que hoy existe un "despertar espiritual" de la humanidad que se traduce en el auge de diversos métodos orientales para encontrar paz, serenidad, libertad y sentido de vida.
"Lo católico" como antídoto para superar el "estado permanente de violencia"

-Si observamos la realidad solamente en sus partes, no podremos comprender el todo. Si intentamos observar e indagar el todo, sin comprender sus partes, pues, terminaríamos en un grado de subjetivismo y distorción de la realidad. Y esto último es lo que ha permeado el sistema actual. Necesitamos un modelo nuevo y original para comprender los fenómenos religiosos y comprender los mecanismos que destruyen y despedazan a los seres humanos. Una nueva matríz socio-polìtica y religiosa; En este caso, una de las últimas tesis más originales que ha hecho eco en las ciencias sociales y humanas es la teoría mimética del pensador francés René Girard. Bajo sus estudios rigurosos en literatura, antropología y etnología, así como su incursión en el análisis de textos de la tradición judeo-cristiana, ha encontrado que los seres humanos estamos marcados bajo las relaciones del deseo y de la imitación, aun más, se genera cultura por la imitación del otro en sus costumbres y modos de ver la vida; hay imitación como ejercicio para desarrollar todas sus potencialidades, pero cuando esta imitación del modelo implica rivalidad, esto genera desorden, lo cual puede generar violencia que solamente es contenida bajo un chivo expiatorio que es asesinado por unanimidad de la comunidad. Esto se ha traducido en la cultura bajo los mitos, ritos y prohibiciones que se permean no solo en el ámbito religioso, sino en el político y económico. Y si bien, esta teoría implica más detalles, podemos decir que aplicado a los Evangelios y tradición judeocristiana se evidencia lo siguiente bajo estas tesis:
  • "Todas las culturas(esto incluye lo religioso) generan mitos pero desde la versión del victimario. Las grades historias de victorias y fundamentos del Estado, han estado marcados bajo la versión de los vencedores". Sin embargo, los Evangelios de la tradición judeo-cristiana, no son mitos, pues, "dejan hablar a la víctima", y exponen toda la injusticia del mecanismo victimario, de allí que se diga que los Evangelios sean "una historia de la pasión con una larga introducción". Es una visión religiosa donde Dios acoge a la víctima, la declara inocente de lo que dicen sus acusadores y la reivindica de toda la injusticia humana. La literatura cristiana es la que ha denunciado desde allí el sistema que genera sacrificios y víctimas inocentes. Podemos referir este caso con el sacrificio de Abrahán a su hijo Isaac, la historia de Job, la de José y el mismo caso, el proceso de Jesús donde los sacerdotes del templo, políticos y la multitud gritaba "crucifícalo".
  • Los sistemas económicos, por ejemplo el capitalista, son religión sacrificiales, donde "fuera de ellas no hay salvación", y genera exclusiones y víctimas. Se declaran los salvadores del mundo y como única alternativa para el desarrollo y progreso. Como bien sabemos, fruto de esta visión tenemos las escandalosas desigualdades sociales y la región más violenta del mundo; las crisis económicas actuales y el pánico social por la incertidumbre, desempleo y exclusiones. Frente a esto, lo religioso plantea nuevos modelos económicos y una de ellas es la propuesta de la doctrina social de la iglesia, que aunque no ofrece cuestiones técnicas, si ofrece líneas base para operar un sistema económico con equidad social.
  • Las religiones han estado marcadas cuando son mal interpretadas, bajo un esquema sacrificial, es decir, que necesitan "sacrificios humanos" para satisfacer a los dioses. En el catolicismo, indicaríamos que se necesita una marcado énfasis en el "pecado" y la penitencia, para satisfacer al Dios de los Evangelios. Pero esto es absurdo, la misma tradición cristiana, la misma Iglesia católica en la historia ha promovido la justicia y la paz en el mundo. Cuando una religión, como el cristianismo en su institución como Iglesia católica, ha actuado bajo las nociones de una religión no sacrificial, ha contribuido enormemente a la cultura. Como bien lo señalaba el papa Benedicto XVI ante el parlamento alemán, y muchos intelectuales no creyentes, como Habermas, el pensamiento cristiano ha aportado en la genealogía de los derechos humanos, el considerar que todos somos iguales, y la noción de derecho natural; asi como la recepción y transmisión del mundo antiguo al mundo medieval y moderno, en su creación de universidades, bajo la traducción del griego, arameo, copto y otros idiomas "muertos", de miles de obras literarias, científicas de la antiguedad. En la época medieval el florecimiento de los conventos y de ellos las más antiguas y prestigiosas universidades que promovieron la ciencia, el arte y las humanidades. En si existen muchos ejemplos que contradicen el mito de la ilustración, en la que el medioevo fue el oscurantismo de la humanidad; como se ve, al analizar en profundidad y en su conjunto las partes, la Iglesia, cuando se renueva constantemente y recurre a las fuentes vitales que le dieron impulso, crea nuevas maneras de solucionar los problemas sociales y humanos.

  • Si hablamos de "lo católico" hablaríamos del Dios de Jesucristo y no como religión sacrificial que sustenta los estados permanentes de violencia. Lo genuinamente católico da plena libertad al hombre bajo su experiencia de libertad interior, para vivir auténticamente su vida, en oposición a la supuesta autonomía de la ilustración. En este caso, la teoría mimética indica que jamás los seres humanos actuamos en libertad, pues, estamos mediados por los deseos de los otros y siempre buscamos imitar un modelo. Muchas veces, esta dinámica genera violencia cuando no se imitan modelos que no se han dado cuenta de lo que significa la mímesis en sus relaciones. De allí que la misma teoría mimética, implica un ejercicio de "conversión", es decir, darse cuenta de las prácticas que solo buscan generar exclusiones por la envidia que genera rivalidades y víctimas.
  • Lo genuinamente católico, entonces, está permeado por la denuncia de los sistemas sacrificiales y en la experiencia del Dios de Jesús, que lo hace salir de si para darse incondicionalmente a la viuda, el forastero, los pobres y los relegados de la cultura. Pero para ello, implica esa "katalagué" o conversión personal de un nuevo modo de ver lo religioso. Si un creyente opera bajo esta dinámica en sus relaciones sociales y personales, el catolicismo será fuente de gracia y motor para la transformación de las estructuras que nos alienan y nos condenan a una vida de opresión y esclavitud.

domingo, 29 de enero de 2012

El malestar en la educación religiosa escolar (ERE)


Las tensiones suscitadas por la constituciones laicas frente al factor religioso en la educación pública, ha generado fundamentalismos. Por una parte, los seguidores de la ilustración o de los filósofos de la sospecha, han "manipulado" sus teorías, queriendo interpretar de esos movimientos y pensadores, un rechazo total a todo lo que "huela" a religión, específicamente a lo "católico"; se escuchan voces, marcadas de un laicismo agresivo que no permiten un diálogo u oportunidad para analizar realmente qué se pretende cuando se busca establecer una asignatura como religión en las instituciones escolares. Ese fundamentalismo ciego deja de lado todo el papel preponderante que ha tenido la educación religiosa escolar(ERE) en la historia, basada sobre todo en esa "formación integral" como parte de su visión de hombre a la luz de la experiencia del resucitado.

Ahora bien, lo anterior no me parece tan preocupante, porque precisamente estos pensadores de la sospecha como Marx, Freud y Nietzsche, son los que han iluminado, en cierta medida la renovación, revisión y retoma de algunos conceptos bíblicos o teológicos que se fueron perdiendo por una iglesia reactiva y poco comprensiva a los cambios del mundo. Lo que me inquieta sobre manera son los fundamentalismos de nuestros propios creyentes, que sostienen una "guerra a muerte" cuando se les cuestiona ciertas actitudes asonantes. Por ejemplo, la instransigencia en permitir que en el currículo de la ERE se trabajen temas sobre la realidad de los jóvenes o de la realidad nacional; si bien, se incluye, pero se hace de manera secundaria o terciaria, pues lo que prima acá son las clases que contengan la explicación de los "sacramentos" y estudio de las cartas papales. Acá entramos en aguas quisquillosas pues, se entra en el debate sobre si la clase de religión es catequesis o si solo debe impartir "historia de las religiones". Considero que ambas cosas son compatibles, ahora bien, lo que si tiene que analizarce es el modo y el contenido, de tal manera que no se convierta en una transmisión de datos ni un adoctrinamiento, sino que realmente, lleve al estudiante a entusiasmarse por vivir plenamente su vida.

Lo grave, el fundamentalismo de los creyentes

Los fundamentalistas se dividen y toman solo una de estas dos opciones, olvidando ambos el sentido original de una educación bajo una noción religiosa que humaniza; si pasamos al plano administrativo, en algunos países donde el acento del libre mercado sin intervención del Estado, es la madre de toda su economía, nos encontramos con modelos educativos donde se reservan solo un mínimo de horas en el salón de clase para impartir la ERE, es decir, solo se contrata al profesor por esas horas de clase, llevando a cercenar una asignatura que de por si, su papel lo cumple más que en el aula, sobre todo en el acompañamiento, desarrollo social y comunitario donde se pone en práctica todos los valores y dinamismos del adolescente. La mirada parcial llena de prejuicios sociales de los directivos y otros profesores, llevan a gestar en la ERE una asignatura "relleno" o "relicreo", como se llegó a tomar en algunos colegios, asumida también por la calidad de algunos docentes en su baja preparación o en el desánimo al ver su oficio poco valorado o segmentado.


Estos malestares se agravan cuando los mismos creyentes administrativos, directivos y docentes, justifican sus prácticas como parte de la naturaleza, movimientos del mercado, y mandatos de la Vicaría de la educación para abordar solo "lo católico"; No se a qué tipo de católicismo se refieren, pero el de Vaticano II, no se muestra en estas prácticas. Esto genera sin duda otros malestares sociales mucho más fuertes y es el de la segregación y división dentro de los mismos centros educativos a los estudiantes por sus creencias; a su vez, y lo más grave, a generar en el estudiante una visión e idea de lo que es lo religioso y la religión, de lo que es el cristianismo y lo que es el Dios de Jesucristo, llevando a una pérdida de su horizonte de sentido y guardar toda su carga emocional sin la oportunidad para expresar lo que siente y vive; llevando además a generar la ruptura de los lazos sociales y violencia pues, vienen las divisiones familiares o el mal manejo de conflictos en su vida diaria y en sí, el asilamiento y soledad que muchas veces terminan en pensamientos sobre el suicidio o en la banalidad de la vida.

La ERE por tanto, está en crisis. y no porque los jóvenes o adultos no crean en un ser trascendente; precisamente, según algunos científicos sociales, estamos en una nueva era de un despertar espiritual, que se refleja en las ventas de libros de autoayuda, en la práctica de diversos ritos orientales o religiosos, en la necesidad y sed de trascendencia que la humanidad busca frente al mundo cosificado e instrumental que han generado los diversos movimientos políticos y económicos depredatorios. Estamos en crisis porque los creyentes son fundamentalistas en sus posiciones, niegan la mirada interdisiciplinar e integral de su fe; aún cuando justifiquen sus posiciones de manera holistica, en el fondo, no es más que para mantener un statuo quo de la realidad o de una imagen de Dios fragmentado que te revela la verdad y lo que es.

Caminar en el testimonio de aquel hombre

Pero tenemos oportunidad. Así como sabemos, una crisis es una oportunidad de cambio. Y eso implica un giro en la mentalidad o ruptura contra esas imagenes que tenemos de Dios y de los seres humanos; una oportunidad para ejercer y desarrollar el dinamismo existencial que abre caminos hacia el encuentro con el otro; hacia el camino que lleve al joven a dinamizar su vida para manejar sus emociones y sentimientos, para que su autoestima no se edifique sobre el tener sino sobre el ser, que permita desarrollar todas las habilidades comunicativas, espirituales y sociales para asumir su vocación, el trabajo en grupo, la resolución positiva de los conflictos y sobre todo, para que sus practicas humanicen más el mundo; prácticas a partir del reconocimiento de los dolores del otro y de las consecuencias de un capitalismo egoísta que no piensa en la ética porque no entran en lo bueno y lo malo; frente a eso, la ERE tiene por sus principios humanistas y cristianos desarrollar el pensamiento crítico, la creatividad, el respeto por la diferencia, la necesidad de la ciencia y la fe como alas que nos ascienden al conocimiento de la verdad, y en especial, aliviar el sufrimiento del otro y de la creación como componente esencial no solo de la ERE sino de toda la eduación. Transitar por esos caminos, es caminar por donde aquel hombre dejó sus huellas hace más de dos mil años y que hasta el dia de hoy constituye un modelo de hombre, no solo para los cristianos sino como patrimonio de la humanidad.

¿Una Iglesia en crisis? Una humanidad, educación, cultura, economía y teología en crisis